Tus ojos dibujan mis contornos,
que insinúan en tus labios mis palabras,
y me rozan vistiéndome de sueños,
y te degusto en el festín que me regalas.
Con tus sentidos perdidos en mi cuello,
intuyendo el sabor que mi cuerpo declama,
el que escondo detrás de cada verbo,
el que te doy oculto en cada palabra.
Y me lanzo a tus ojos sin que su luz me canse,
amagándome detrás de tu mirada,
y no me ven y duermen en mi sombra,
y no te miro pero desciendo tu espalda.
Y me recorren siempre que te pienso,
y van trazando cada línea imaginaria,
de espacios vanos entre nuestros cuerpos,
cuando yacemos recitando madrugadas.
Y quien dijo que fuera necesario,
ver para ser o estar para ser alma,
si con intuir lo que soy en tu pecho,
en tu piel escribo el dogma de mis ansias.
Pero es la oscuridad quien nos cobija,
y la luz del día quien nos regala,
porque el deseo no tiene más horas,
que abandonarse ciego en aquellos que atrapa.
Grandioso me encanto
Me gustaMe gusta