Eligió el rojo,
el rojo de fachada,
iba a entregar sus curvas,
qué más da si son sólo treinta monedas de plata,
un precio barato,
el que enseña su falda debajo de su raja,
¿qué importa el negro cuando ya no hay alma?
solo comercio, yo doy tu pagas,
la mercancía va sin palabras,
solo dos gestos y tres miradas,
tuya y mía y el que gana la tirada,
yo vendo, si compras otro lo gana,
y ahí se queda en rojo de suelo,
ya no da guerra ni da fachada,
rojo de sangre en moneda falsa,
no tiene alas, ni voz, ni plata,
cae derrumbada la que otra fuera,
esclava libre, rosa en su jaula.
¡Impresionante! Muy bueno…
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchísimas gracias!!! Me alegra mucho que te haya gustado.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Pufff, vaya cambio de tono….una crítica social vestida de lirismo. Maravilloso!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchísimas gracias Natalia, la poesía también puede reivindicar, clamar, para conseguir un mundo mejor siempre y esa ha sido mi intención. Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona