No sé su nombre, solo conozco su sonrisa, cada mañana, sentado junto al parque, en esa edad indefinida, más allá de la jubilación, está esperando que llegue con Jerai, entonces, esa sonrisa, durante unos minutos, mientras le acaricia, se hace más amplia, y su mirada, habla de la melancolía del ayer, y musita, “a mi me robaron uno” o le dice a un amigo: “es noble y bueno”… Tras esos instantes, nos decimos adiós, y sabemos que al día siguiente repetiremos el encuentro, y esa brevedad de tiempo con un hombre bueno, hace que mi día sea mejor, porque a pesar de la crispación, la tensión, el odio y el dolor que quiere cada día atraparnos en su red de desesperanza, sé, que si miras a tu alrededor, también existen seres buenos.
2 comentarios sobre “Un hombre bueno”
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Emocionante . En estos tiempos de soledad , crispación amor , solo una palabra , un relato como este entra en nuestra alma y no sale. Gracias . Necesitamos muchas cosas de la vida cotidiana, simples , trágicas o ambles , que suceden a nuestro alrededor y no las vemos.
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Es uno de los momentos mágicos de mi día a día. Muchas gracias. Un abrazo.
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