Y caminarás por el desierto con tus soledades,
las manos tendidas no saben de esa noche eterna que nubla tu mente,
miedos, sudores, frío temblando en tu pecho,
atronadores ruidos en tu pensar quizà demasiado lúcido,
locura entre el desasosiego y el placer de una vida con otros tonos,
luces barrocas y negrura opaca se reparten el territorio por momentos,
no saber vivir en un mundo que embiste lo diferente,
no saber respirar odios ni envidias ni ojos que se prenden de cólera y venganza,
el camino de los otros no te guía,
el tuyo, el mío, lleno de demasiada lógica confunde a las masas del proverbio,
su acto de fe uniforme te aparta:¡loco!,
bendita lacura la mía que no comulga con la doctrina de la venganza, el desprecio y el odio,
mágica locura la mía que sabe entender en otros ojos.