A veces, la niebla nos envuelve, casi nos hace desaparecer, unas de forma voluntaria otras involuntaria… pero detrás de nuestra imagen, nuestra alma recorre parajes conocidos donde refugiarse y otros desconocidos donde huir unos instantes… Bendita niebla que a veces nos secuestra de ese yo cotidiano que a veces pesa demasiado.
Nuria Barnes
¡Qué razón!, un abrazo
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Gracias a ti por entrar y comentar.
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