A veces, el sol que más amas,
te ciega y te transporta a un mundo paralelo,
allí dónde la luz brilllara alguna vez,
sombras monstruosas abren sus fauces para engullirte,
y sola, como aquel caballero armado de la Mancha,
luchas contra molinos creyendo que son los túneles oscuros de la muerte que vienen a por ti.
Bendita locura entonces si de ella fuera dueña
pero un Sancho inexistente al tacto vive en mí, y es ėl, en su humildad y pequeña grandeza quién me dice,
no, es la vida, que a veces nos golpea,
nos deja al margen de nosotros mismos por demasiado amor,
y ese amor que no sabe corresponder nuestros amores y agasajos,
convierte en delirio nuestras días,
entonces tras mirar a Sancho,
descabalgo de mi rocin inexistente,
dejo caer la armadura,
lloro por lo que no pudo ser pese a mil heridas,
y miro al sol cegar mis ojos una tarde de primavera,
respiro hondo,
y me confieso y prometo que sigue habiendo motivos,
incluso más allá, de las heridas incurables.
Un comentario en “La voz de Sancho”
Los comentarios están cerrados.
👏👏👏
Me gustaLe gusta a 1 persona