A veces, tras la nubes,
el sol nos dibuja mágicas siluetas,
y tras ellas, la respuesta a esos porqués,
a esos interrogantes que nos asaltan tras el visillo,
dando sombra a las luces, o al revés,
y entonces,
si la quietud me acompaña,
intento dibujar en mi mente esas soluciones que a veces,
frente a nosotros,
se diluyen en ese mar de incógnitas que somos,
y así,
algunas tardes de verano,
llego a verte,
y dejo que al trasluz seas la voz que espero,
el susurro a media noche,
el sudor de la mañana,
entre luces y sombras,
que al final,
no somos màs que eso.