En ti fuego soy porque en fuego nací ardiendo de pasiones,
en ti rindo mis vicios y mis amores,
amantes y esclavos de una locura cuerda, porque fieles somos a nuestros delirios.
Humedades inundan miradas, palabras y gestos,
pieles se subliman de pensamiento y de hecho,
porque convictos somos yo de ti y tú de mi,
pero nuestras llaves naufragaron y libres como el viento atracamos en isla ajena a ojos del otro,
si, pecadores somos porque nos perturbamos con solo intuirnos,
enajenados de mundo una y otra vez nos escribimos narraciones de piel,
versos bajo el vientre,
rimas en la boca,
y cantatas que gimen cuando exhalamos una y otra vez sin rendirnos.
Repartidas las cartas tu reina y yo rey,
las partidas se invierten con peones a nuestro servicio,
y es que nosotros elevamos al amor para que arañe el universo que al estar somos.
Benditos locos, lobos hambrientos de nuestra sangre que probamos en ritos carnales más allá de lo que los mortales llaman sexo.
Catedrales de cuerpos construimos sin más fé que la de sernos a instantes ciegos,
a horas eternas,
a días de sol que mojamos de sudores y exhalaciones de nuestros templos,
a ellos, con la fé del profano acudimos cada día,
para al final, ser doctos en solo una materia,
el placer y el suplicio de amarnos sin cadenas, solo atados a una imaginación que desborda los sentidos.
2 comentarios sobre “Sublimándonos”
Los comentarios están cerrados.
Muy bueno, Nuria.
Cuanta pasión rezuma por cada verso y cuanta lujuria lleva impregnada cada letra.
Magnifico!!!
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Muchísimas gracias. Está escrito con ese sentimiento.
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