Si supieras el desgaste de los días en las almas heridas,
si supieras que sus miradas se llenan del dolor ajeno,
ese dolor que hacen propio y que a su piel se pega,
ese pesar de mirar lágrimas de niños de la guerra,
de ancianos olvidados,
de esta pobreza cultural y moral que nos asola,
de cada mujer asesinada sin sentido,
de cada sentido que perdemos ante la vacua realidad de ese televisor muerto de ideas,
nunca nadie celebró el no saber como en este siglo,
nunca tanto títere sin gracia llenó las calles sin más ironía que ensuciarlas,
nunca fuimos más corrosivos con la madre,
la tierra palpita con déficit,
arrasamos bosques, icebergs, especies,
humanos, nos llaman,
sapiens, de un saber que cayó del árbol y es el pecado original,
que a un tiempo,
condenará toda vida a muerte prematura.
